Antes de entrar en las razones de por qué debemos leer La Biblia, es importante primero hablar un poco de lo qué es La Biblia. Comencemos por lo básico, el origen de la palabra “Biblia” es griego y es el plural de la palabra (biblion=libro) y a su vez de “biblios” que significa “rollo de papiro”. Es importante hablar sobre el origen de la palabra “Biblia” para entender por qué se le dio este nombre a una colección de 73 libros, escritos por 40 diferentes autores, en un periodo de más de mil años. Es muy probable que se le dio el nombre de Biblia para distinguir a esta colección de libros como uno sólo, y a su vez destacar que unidas todas los escritos de estos diferentes autores, “forman una historia única y unida” (F. Santos).
Ahora podemos entender mejor la definición de lo que es La Biblia, luego de haber leído sobre: el origen del nombre, razones para llamar a la Biblia, Biblia; la variedad de autores, y el tiempo que tomó escribirla. Entonces podemos definr que La Biblia para nosotros los católicos es: «Es inspiración divina que recoge la Palabra de Dios escrita, “es la manifestación literaria de la auto-revelación divina y su voluntad para con todos los pueblos” (A.E. Martínez)».
La Biblia según el canon Católico es una compilación de 73 libros, y se compone de dos partes: el Antiguo Testamento (AT) y el Nuevo Testamento (NT).
El AT tomó miles de año para escribirlo y reúne 46 libros. El tema principal que trata es de la historia y cultura del pueblo de Israel, comenzando desde la creación del universo y cerrando el periodo del AT con la llegada de los griegos al poder, con el ascenso de Alejandro “el grande” al trono; y luego ceder paso a los romanos.
El NT consta de 27 libros y les tomó unos 50 años a los apóstoles de Cristo y algunos de sus colaboradores; escribiéndose el último libro con la muerte del apóstol San Juan. El NT se inicia con la venida de Jesús de Nazaret y su era termina con una declaración profética sobre la “consumación de la historia con el regreso de Jesús, el establecimiento del reino de Dios y las sanciones divinas sobre todos los pueblos: vida eterna a los justos pero condenación a los injustos. Este tema lo hallamos en el libro de Apocalipsis” (A.E. Martínez).