DOMINGO
Reflexión
Marcos 1:2-15
«Jesús en el desierto»
En el libro del profeta Isaías estaba escrito: «Mira te voy a enviar a mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Escuchen ese grito en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.» Es así como Juan el Bautista empezó a bautizar en el desierto. Allí predicaba bautismo y conversión, para alcanzar el perdón de los pecados. Toda la provincia de Judea y el pueblo de Jerusalén acudían a Juan para confesar sus pecados y ser bautizados por él en el río Jordán.
Además, de la piel que tenía colgada de la cintura, Juan no llevaba más que un manto hecho de pelo de camello. Su comida eran langostas y miel silvestre. Juan proclamaba este mensaje: «Detrás de mí viene uno con más poder que yo. Yo no soy digno de desatar la correa de sus sandalias, aunque fuera arrodillado ante él.» Yo los he bautizado con agua, pero el los bautizará en el Espíritu Santo.
En aquellos días Jesús vino a Nazaret, pueblo de Galilea, y se hizo bautizar por Juan en el río Jordán. Al momento de salir del agua, Jesús vio los Cielos abiertos: el Espíritu Santo bajaba sobre él en forma de paloma, mientras se escuchaban palabras del cielo: «Tú eres mi Hijo, el Amado, mi Elegido.»
En seguida el Espíritu lo empujó al desierto. Estuvo cuarenta días en el desierto y fue tentado por Satanás. Vivía entre los animales salvajes y los ángeles le servían.
Rezar: Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Foto de: aquí.