Nuestra Señora de Coromoto
Por la señal de la Santa Cruz,
De nuestros enemigos,
Líbranos Señor,
Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
Del Hijo,
Y del Espíritu Santo, Amén.
¡Oh Patrona de Venezuela! Haz que nuestra Nación siga siempre en sus leyes, en sus costumbres y en sus empresas, los sabios y salvadores principios del Santo Evangelio. Protege nuestras instituciones, destierra de nosotros el vicio, la impiedad e indiferencia religiosa; en una palabra, renueva la fe en nuestra amada Patria. Promueve en nuestra sociedad obras verificadoras de salud, adelanto moral y material, para que gozando de los beneficios de una paz tranquila honremos y sirvamos fielmente en la tierra a Tu Divino Hijo Jesucristo, a fin de gozarle eternamente en el Cielo. Amén.
Se dice:
Se responde:
Rezar la oración del día correspondiente:
Reza una Salve.
Oración final para todos los días.
Reza una Salve.
Oración final para todos los días.
Reza una Salve.
Oración final para todos los días.
¡Virgen bendita! Eres Madre dichosísima en cuyo purísimo ser el dulcísimo Creador derramó la infinita suavidad e inefable dulzura de su divinidad. Con tu bondadoso auxilio suavizas nuestras penas, nos ayudas a reprimir nuestras pasiones, nos fortaleces en toda tentación y derramas sobre nuestras almas el suave rocío de tu dulce consuelo.
¡Virgen purísima! En ti puso Dios la plenitud de sus gracias y misericordias, para que fueses dulzura y alivio de cuantos clamaren a Ti desde este valle de lágrimas y duelo.
Ya que eres la alegría de los que te invocan no nos dejes en el llanto y pesar; más, atráenos con tu amabilidad y dulzura maternales para que, apartándonos de los embaucadores gustos y deleites de este mundo, evitemos todo mal y merezcamos entrar un día en el Gozo Eterno. Amén.
Reza una Salve.
Oración final para todos los días.
Eres, Señora, estrella luminosa que guía al cristiano en la noche borrascosa de esta vida; eres el faro luminoso que le indica los escollos donde podría zozobrar su alma, y le señalas el puerto de la segura salvación.
Iris de paz, que anuncias la misericordia divina, intercede por nosotros, a fin de que, por medio de la recepción del Santo sacramento de la Penitencia y de un verdadero dolor de nuestras culpas alcancemos de Dios el perdón y misericordia, y seamos admitidos en el Reino de la Gloria. Amén.
Reza una Salve.
Oración final para todos los días.
A tus ruegos y divina intercesión se aplaca la Justicia Divina enojada por nuestra culpa. Por tu mediación, Dios conserva y derrama sus gracias sobre este mundo y nos aplica con eficacia los méritos infinitos de Jesucristo Nuestro Señor y Salvador.
Derrama, ¡Oh bondadosísima María! En nuestro corazón, tus luces divinas, para que conociendo y agradeciendo tus inmensos beneficios, podamos cantar tus alabanzas por los siglos de los siglos, en la Vida Eterna. Amén.
Reza una Salve.
Oración final para todos los días.
Eres, María, estrella benignísima que señalas al náufrago el puerto de la salvación; eres el refugio del pecador, la salud del enfermo, el consuelo del triste, la alegría del desconsolado y la paz y la esperanza del que muere.
Haznos ¡oh Virgen sacrosanta! Imitadores de tu excelsa clemencia infundiendo en nuestros corazones la divina caridad con nuestro prójimo.
¡Divina Mediadora nuestra! Acoge propicia nuestras súplicas y despáchalas favorablemente, pues nadie ha solicitado tu protección sin que no haya recibido de tu bondad y clemencia un pronto y eficaz socorro.
¡Madre clemente!, después del cautiverio de esta vida, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, y haz que seamos dignos de gozarte en la eternidad. Amén.
Reza una Salve.
Oración final para todos los días.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que con tu divino auxilio, salgamos victoriosos de toda tentación y vivamos siempre en el servicio y culto del Señor; y que, con el sostén de tu gracia, merezcamos rendirle eternos cultos de amor y alabanza en la Gloria Celestial. Amén.
Reza una Salve.
Oración final para todos los días.
¡Oh cándida azucena!, zarza eterna a quien Jesús, -fuego divino-, al nacer de Ti, no ofendió tu virginal pureza.
Virgen sin semejante, que posees a un tiempo la gloriosa aureola de la virginidad y la incomparable dignidad de Madre de Dios, por eso, tu excelso nombre, MARÍA, es símbolo de gracias y purezas.
Purifícanos, Señora, con tu virtud del asqueroso lodo de toda mancha impura. Presérvanos de la inmunda servidumbre de viles apetitos y colócanos en la apetecible y dulcísima esclavitud de tu sagrado amor, sirviendo a Jesús en toda pureza y castidad, seamos dignos de alcanzar las promesas de su divina gracia en la Gloria Eterna. Amén.
Reza una Salve.
Oración final para todos los días.
Mil gracias, Señor, te repetimos, suplicándote fortalezcas nuestra memoria para no olvidar tan altos beneficios, alumbres nuestro entendimiento para reconocerlos y admirarlos; enciendas de amor nuestra voluntad para en obras de amor corresponderlos, acabando la vida en tu servicio con el favor de tu gracia, para gozar de tu Gloria. Amén.
Termina con una corona de doce Ave Marías a la Divina Reina aparecida en la tierra, por la corona de doce estrellas con que la vio San Juan en el Cielo, y añádase tres Padre Nuestros a la Santísima Trinidad por los privilegios, gracias y dones con que la adornaron las Tres Divinas Personas.
Ave María
Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén
Padre Nuestro
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
En el nombre del Padre,
Del Hijo,
Y del Espíritu Santo,
Amén.
Fuente: María, Hermano Nectario. Novena a Nuestra Señora De Coromoto. 16a ed. Guanare: n.p., n.d. Impreso.
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