San Patricio nació alrededor del año 387, en Escocia, en Bennhaven Taberniae (pueblecito que hoy no se encuentra en los mapas). Murió en Irlanda el 17 de marzo alrededor del año 461. Es por eso que cada 17 de marzo celebramos su festividad.
Se afirma que fue alrededor del año 403, a la edad de 16 años, que cayó prisionero de piratas junto con otros jóvenes para ser vendido como esclavo a un pagano del norte de Irlanda llamado Milcho, a quien sirvió cuidando sus ovejas. Trató de huir varias veces sin éxito. Al parecer, esta época de penurias a su temprana edad influyeron en su formación religiosa y espiritual. Según sus palabras, hasta entonces «aún no conocía al verdadero Dios». Luego de seis años en Irlanda, soñó una noche que una voz le mandaba huir y llegar hasta las costas, donde un barco lo iba a recibir. Obedeció y caminó más de 300 kilómetros para llegar a la costa. Encontró el barco, pero el capitán se negaba rotundamente a transportarlo. Sus reiteradas peticiones para que le dejasen viajar gratis fueron siempre rechazadas, hasta que al fin el capitán accedió a llevarlo hasta Francia.
No hay ninguna certeza respecto al orden de los acontecimientos que se produjeron después de Francia. Los primeros biógrafos del santo dicen que Patricio pasó varios años en Francia, antes de realizar su trabajo de evangelización en Irlanda, donde se habría sometido a la dirección de San Germán de Auxerre, de quién sabía que estaba preocupado por la cristianización de la tierra irlandesa; aprende la vida monástica en Lerins. Más tarde recibió de sus manos la Ordenación sacerdotal; llega hasta Roma, donde el Papa Celestino le confiere el encargo de llevar a Cristo a la que, siglos después, será llamada la «Isla de los Santos». Desembarca en ella, consagrado ya Obispo; durante el verano del año 433.
San Patricio, en el transcurso de 30 años de apostolado, convirtió al cristianismo a «toda Irlanda». El propio santo alude, más de una vez, a las «multitudes», a los «muchos miles» que bautizó y confirmó. «Ahí», dice San Patricio, «donde jamás se había tenido conocimiento de Dios; allá, en Irlanda, donde se adoraba a los ídolos y se cometían toda suerte de abominaciones, ¿cómo ha sido posible formar un pueblo del Señor, donde las gentes puedan llamarse hijos de Dios? Ahí se ha visto que hijos e hijas de los reyezuelos escoceses, se transformen en monjes y en vírgenes de Cristo».
Su Trébol
Siempre para evangelizar utilizó un lenguaje sencillo, así nació «su trebol», símbolo que le ayudaba a explicar el misterio de la Santísima Trinidad. Para explicar el misterio decía: «que así como las tres hojitas de la hoja del trébol forman una sola verdadera hoja, así las tres personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, forman un solo Dios verdadero». De esta forma, la doctrina cristiana no se presentaba tan hostil, por ser enseñada a través de formas aceptadas y de temas familiares.
Oraciones de San Patricio:
Cristo conmigo
Cristo conmigo,
Cristo ante mí,
Cristo tras de mí,
Cristo en mí,
Cristo bajo mí,
Cristo sobre mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
Cristo cuando me acuesto,
Cristo cuando me siento,
Cristo cuando me levanto,
Cristo en el corazón de todo hombre
que piensa en mí,
Cristo en la boca de todo hombre
que hable de mí,
Cristo en todo ojo que me ve,
Cristo en todo oído que me escucha.
Me levanto hoy
Me levanto hoy
Por medio de poderosa fuerza,
la invocación de la Trinidad,
Por medio de creer en sus Tres Personas,
Por medio de confesar la Unidad,
Del Creador de la Creación.
Me levanto hoy
Por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo,
Por medio de la fuerza de Su crucifixión y su sepulcro,
Por medio de la fuerza de Su resurrección y asunción,
Por medio de la fuerza de Su descenso para juzgar el mal.
Me levanto hoy
Por medio de la fuerza del amor de Querubines,
En obediencia de Ángeles, En servicio de Arcángeles,
En la esperanza que la resurrección encuentra recompensa,
En oraciones de Patriarcas,En palabras de Profetas,
En prédicas de Apóstoles, En inocencia de Santas Vírgenes,
En obras de hombres de bien.
Me levanto hoy
Por medio del poder del cielo:
Luz del sol,
Esplendor del fuego,
Rapidez del rayo,
Ligereza del viento,
Profundidad de los mares,
Estabilidad de la tierra,
Firmeza de la roca.
Me levanto hoy
Por medio de la fuerza de Dios que me conduce:
Poder de Dios que me sostiene,
Sabiduría de Dios que me guía,
Mirada de Dios que me vigila,
Oído de Dios que me escucha,
Palabra de Dios que habla por mí,
Mano de Dios que me guarda,
Sendero de Dios tendido frente a mí,
Escudo de Dios que me protege,
Legiones de Dios para salvarme
De trampas del demonio,
De tentaciones de vicios,
De cualquiera que me desee mal,
Lejanos y cercanos,
Solos o en multitud.
Yo invoco éste día todos estos poderes entre mí y el malvado,
Contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma,
Contra conjuros de falsos profetas,
Contra las negras leyes de los paganos,
Contra las falsas leyes de los herejes,
Contra obras y fetiches de idolatría,
Contra encantamientos de brujas, forjas y hechiceros,
Contra cualquier conocimiento corruptor de cuerpo y alma.
Cristo escúdame hoy
Contra filtros y venenos, Contra quemaduras,
Contra sofocación, Contra heridas,
De tal forma que pueda recibir recompensa en abundancia.
Cristo conmigo,
Cristo frente a mí,
Cristo tras de mí,
Cristo en mí, Cristo a mi diestra,
Cristo a mi siniestra,
Cristo al descansar,
Cristo al levantar,
Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí,
Cristo en la boca de todos los que hablen de mí,
Cristo en cada ojo que me mira,
Cristo en cada oído que me escucha.
Me levanto hoy
Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad,
Por medio de creer en sus Tres Personas,
Por medio de confesar la Unidad,
Del Creador de la Creación.