Lectura(s) de hoy: Isaías 40:1-5, 9-11, Hechos 10:34-38, Lucas 3:15-16, 21-22
«Lecturas del Domingo»
PRIMERA LECTURA
Consuelen, dice Yavé, tu Dios, consuelen a mi pueblo.
Hablen a Jerusalén, hablen a su corazón,
y díganle que su jornada ha terminado,
que ha sido pagada su culpa,
pues ha recibido de manos de Yavé
doble castigo por todos sus pecados.
Una voz clama:
«Abran el camino a Yavé en el desierto;
en la estepa tracen una senda para Dios;
que todas las quebradas sean rellenadas
y todos los cerros y lomas sean rebajados;
que se aplanen las cuestas
y queden las colinas como un llano.»
Porque aparecerá la gloria de Yavé
y todos los mortales a una verán
que Yavé fue el que habló.
Sube a un alto cerro
tú que le llevas a Sión una buena nueva.
¡Haz resonar tu voz, grita sin miedo,
tú que llevas a Jerusalén la noticia!
Diles a las ciudades de Judá:
«¡Aquí está su Dios!»
Sí, aquí viene el Señor Yavé, el fuerte,
el que pega duro y se impone.
Trae todo lo que ganó con sus victorias,
delante de él van sus trofeos.
Como pastor, lleva a pastar a su rebaño,
y su brazo lo reúne
toma en brazos a los corderos,
y conduce a las paridas.
SEGUNDA LECTURA
Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: «Verdaderamente reconozco que Dios no hace diferencia entre las personas. En toda nación mira con benevolencia al que teme a Dios y practica la justicia.
Ahora bien, Dios ha enviado su Palabra a los israelitas dándoles un mensaje de paz por medio de Jesús, el Mesías, que también es el Señor de todos. Ustedes ya saben lo que ha sucedido en todo el país judío, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Jesús de Nazaret fue consagrado por Dios, que le dio Espíritu Santo y poder. Y como Dios estaba con él, pasó haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo.
EVANGELIO
El pueblo estaba en la duda, y todos se preguntaban interiormente si Juan no sería el Mesías, por lo que Juan hizo a todos esta declaración: «Yo les bautizo con agua, pero está para llegar uno con más poder que yo, y yo no soy digno de desatar las correas de su sandalia. El los bautizará con el Espíritu Santo y el fuego.
Un día fue bautizado también Jesús entre el pueblo que venía a recibir el bautismo. Y mientras estaba en oración, se abrieron los cielos: el Espíritu Santo bajó sobre él y se manifestó exteriormente en forma de paloma, y del cielo vino una voz: «Tú eres mi Hijo, hoy te he dado a la vida.»
Rezar: Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
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