Anoche asistí a una hora de reflexión en mi parroquia. Lo interesante es que el tema se titulaba “¿Cómo rezar?”; lo cual es muy apropiado para comentar en este blog. El padre, Rev. Lawrence Delonnay, habló sobre tres conceptos importantes que debemos tener en cuenta cuando vamos a rezar; estos son: cómo dirigirnos a Dios y cómo plantearle nuestras peticiones, tiempo y lugar.
En cuanto a cómo dirigirnos y plantearle a Dios nuestras necesidades, dijo que “debíamos establecer una conexión con el corazón y dejar que Dios interpretara su papel”. Nos explicó que esto significa que nos podemos dirigir a Él con nuestras propias palabras y en cuanto a pedir por que se nos resuelva algo, debemos dejarlo en manos de Dios, ya que Él sabe cómo lo va hacer. Un ejemplo que utilizó en este caso es cuando pedimos por un hijo o familiar que no va a misa, y queremos pedirle para que lo ayude a ir. La forma de hacerlo es entregándole a esa persona a Dios, y no decir “Dios te pido porque quiero que hagas que ‘fulano’ vaya a misa”. Esta parte la conseguí difícil para entender, pero después pensé que como Dios lo sabe todo, luego tiene sentido. Lo importante es que dejemos a Dios hacer su papel.
Sobre el tiempo que debemos disponer para rezar, nos dijo que debemos buscar en nuestra pesada o complicada agenda un tiempo de 5, 10, 20 minutos; pero una vez que lo dispongamos debemos respetarlo. Si los 20 minutos son temprano en la mañana o cuando nos dirigimos al trabajo. Lo debemos respetar.
El lugar que escojamos para rezar, debe ser no muy cómodo, pero sí que nos permita aislarnos de los ruidos y distracciones del entorno. Ese lugar será sagrado para nosotros. También nos señaló que, apartar los ruidos del entorno era más fácil que apartar los ruidos internos de nuestra cabeza. O sea, rezar sin estar pensando que debo terminar tal cosa… o hacer esto… o ir a buscar aquello. Nuestro lugar sagrado debe ser un lugar que podamos hablar con Dios, concentrado en Él.
Par mí esta sencilla reflexión del padre Delonnay fue muy interesante. Por lo que al final de su charla le hable sobre rezaconmigo.com, sus objetivos y como estamos haciendo llegar el rosario y oraciones a ustedes. Su respuesta fue “Magnífico, es una magnífica idea… continúen haciéndolo porque eso es un gran idea” . Esto me dio mucho aliento, y apenas llegué le conté a Antonieta; quien también se motivo mucho. Ahora más que nunca estamos más comprometidos con ustedes, a través de este blog y nuestros podcasts. Además, concluimos que 20 minutos es lo que demora un rosario y es justo el tiempo de mí de mi casa al trabajo, por lo que es cuando rezo mi rosario.
Mucho le agradeceríamos que nos cuenten y compartan sus experiencias sobre cómo disponen su tiempo para rezar. Esto sería una buena forma de darle ejemplos para aquellos que nos están leyendo y no han encontrado la forma cómo hacerlo.