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Hace ya 20 años después de la muerte de la Madre Teresa, la Iglesia Católica determinó que esta mujer fuera una santa, el día domingo 4 de septiembre de 2016. Una mujer que literalmente durante su vida dedicada a Dios, tomó fielmente los mandamientos de Jesús; viviendo junto con los pobres de los pobres.

Su camino de santidad comienza en 1928, cuando Agnes Gonxha Bojaxhiu con sólo 18 años ingresa en la congregación de las Hermanas de Loreto. Nació en Skopje que en aquella época era parte del departamento del Imperio Ottoman y hoy es la capital de Macedonia. Su familia era parte de la minoría católica de Albania. Situada en la frontera entre Europa y Asia, así como un lugar donde se cruzaban el islam y los cristianos.

Agnes Bojaxhiu nace el 26 de agosto de 1910, la tercera de los hijos de su familia, siendo su hermana mayor Aga y su hermano Lazar. Su padre, Nikola, era parte de un grupo de mercaderes, mientras su madre Drana era dueña de tierras; se puede decir, según lo describe Inés Murzaku, profesora de la universidad de Seton Hall; que “Sus padres pertenecían a la élite, no muy diferente a los burgueses de la Europa Occidental”. Agnes era más conocida por su segundo nombre Gonxha que significa en albanes “botón de flor”.

*Teresa (14 años, sentada) con Aga y su hermano Lazar*

Su padre Nikola era extrovertido, viajaba mucho, muy sociable y quien perseguía su ideal político de crear un estado albanes en la región cercana a Kosovo. A pesar de pertenecer a una minoría católica muy pequeña de albaneses, llegó a ser parte del consejo de la ciudad. Por el otro lado su madre, Drana, era una mujer con piedad severa; que se aseguraba que sus hijos atendieran a Misa varias veces a la semana en la Iglesia del Sagrado Corazón, cercana a su casa. También se cercioraba de que la familia rezara el santo Rosario todos los días. Al igual que su hija Gonxha haría años después, Drana, consideraba que cualquier momento no dedicado a Jesús era un tiempo perdido. Era ella quien mantuvo la dedicación de su familia hacia el pobre, por eso adoptó varios orfanatos y siempre su mesa de comer estaba abierta al necesitado. Cuando su hijo, Lazar, le preguntó un día; por qué lo hacía. Ella, le contesto: “Algunos de ellos son familiares, pero todos ellos son nuestra gente”. Drana regularmente visitaba a los centros de distribución de comida para los necesitados, y limpiaba las heridas de personas. Gonxha acompañaba en esas rondas de caridad a su mamá.

La Madre Teresa fue una niña normal que por la noche, se metía con su hermano Lazar a la cocina y se robaban la mermelada; pero ella le decía que no comiera después de la media noche si a la mañana siguiente iban a comulgar. Fue solista del coro de la parroquia, tocaba la bandolina, le gustaba escribir, inclusive publicaba artículos en el periódico.

Su interés en la India, posiblemente se debe a que con la llegada del nuevo pastor de la parroquia, padre Franjo Jambrekovic, jesuita. Empezó a enseñar sobre ¿qué he hecho por Jesús? ¿qué voy hacer por Jesús?. Luego hablaba sobre los jesuitas misioneros, especialmente sobre un grupo de jesuitas de Croacia que eran enviados a la India.

A la edad de 18 años, después de haber atendido a varios retiros en Cernagore, decide querer ser una misionera. Cuando le expresa su decisión a Drana, su madre, ella se lo prohíbe y la lleva a su cuarto, donde la encierra por un día; antes de ella darle su consentimiento. Luego, los jesuitas la ponen en contacto con las Hermanas de Loreto, quienes estaban muy activas en Bengala y la aceptaron. Por lo que en octubre de 1928 su madre y hermana la acompañan a tomar el tren que la llevaría a recorrer el camino de su santidad.