Para nosotros los católicos poder recibir el Sacramento de la Eucaristía, debemos estar sin pecado. Para estar sin pecados debemos recibir el Sacramento de la Reconciliación, o conocido simplemente como “confesión”, pero para poder recibir este sacramento debemos estar arrepentidos de nuestros pecados y tener un propósito firme de enmienda, o sea, una resolución sólida de evitar el pecado cometido. Sin estas dos condiciones nuestra confesión es inútil.
Ahora, además de cumplir las condiciones anteriores para confesarnos; debemos prepararnos para recibir la confesión haciendo un examen de conciencia. Con este examen revisamos nuestra vida, para ver como hemos ofendido a Dios desde nuestra última confesión. Recordemos que la Iglesia nos enseña que todos los pecados mortales cometidos después del Bautismo debemos confesarlos a un sacerdote para que nos sean perdonados.
¿Qué es un pecado mortal? Una infracción directa , consciente y libre de uno u otro de los Diez Mandamientos en forma grave. Este pecado mortal o capital, destruye la vida de gracia de nuestra alma. Pero, a través de la confesión a un sacerdote y la absolución de nuestros pecados por el sacerdote, volvemos a la vida de gracia. La Iglesia también nos recomienda a que confesemos nuestros pecados veniales.
Seguido encontrarás un examen de conciencia, para ayudarte a preparar para la confesión.
- Yo soy el Señor, tu Dios. No tendrás otros dioses delante de Mi.
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¿Procuro amar a Dios con todo mi corazón y con toda mi alma?
¿Tiene El verdaderamente el primer lugar en mi vida?
¿He estado involucrado(a) en el ocultismo?
¿He recibido alguna vez la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal?
¿He dicho mentiras en la confesión, o he dejado premeditadamente de confesar un pecado mortal? - No tomarás el nombre del Señor, tu Dios, en vano.
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¿He insultado el Santo Nombre de Dios o lo he usado a la ligera o descuidadamente?
¿He deseado mal a alguien? - Acuérdate de santificar el Día del Señor.
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¿He faltado a Misa premeditadamente el domingo, el Día del Señor, o en los Días Festivos de precepto?
¿Trato de mantener el domingo como un día de descanso? - Honra a tu padre y a tu madre.
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¿Honro y obedezco a mis padres? ¿Los cuido en su vejez?
¿He descuidado mis responsabilidades familiares para con mi cónyuge y mis hijos?
¿Está mi vida familiar centrada alrededor de Cristo y Sus enseñanzas? - No matarás.
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¿He asesinado o lesionado físicamente a alguien?
¿He tenido un aborto? ¿He alentado a tener un aborto?
¿He abusado de los narcóticos o del alcohol?
¿Me he mutilado a mi mismo(a) mediante cualquier forma de esterilización?
¿He animado a otras personas para que se hagan esterilizar?
¿He abrigado odio, ira o resentimiento en mi corazón hacia alguien?
¿He dado escándalo a alguien por mis pecados, llevándolo así a pecar? - No cometerás adulterio.
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¿He sido infiel a los votos de mi matrimonio en acción o en pensamiento?
¿He practicado cualquier forma de contracepción en mi matrimonio?
¿He usado tratamientos de fertilidad condenados por la Iglesia??Me he dedicado a la actividad sexual con un miembro del sexo opuesto, o del mismo sexo?
¿Me he masturbado?
¿Me he complacido en materiales pornográficos?
¿Soy puro(a) en mis pensamientos, palabras y acciones? ¿Soy recatado(a) en el vestido?
¿Estoy dedicado a cualesquiera relaciones impropias? - No robarás.
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¿He tomado lo que no es mío?
¿Soy honrado(a) con mi patrón? ¿Con mis empleados?
¿Juego al azar excesivamente, robando así a mi familia de sus necesidades?
¿Procuro compartir lo que tengo con los pobres y los necesitados? - No darás falso testimonio contra tu prójimo.
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¿He mentido, murmurado o hablado a espaldas de alguien?
¿He arruinado el buen nombre de alguien?
¿Descubro información que debe ser confidencial?
¿Soy sincero(a) en mis tratos con otros, o “tengo dos caras”? - No desearás la mujer de tu prójimo.
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¿Soy envidioso(a) del cónyuge o de la familia de otro(a)?
¿He consentidos a pensamientos impuros?
¿Trato de controlar a mi imaginación?
¿Soy temerario o irresponsable en los libros que leo, o en las películas que miro? - No desearás los bienes de tu prójimo.
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¿Soy envidioso(a) de las pertenencias de otro(a)?
¿Estoy resentido y amargado por mi posición en la vida?
Cuando estés confesándote, dile tus pecados en forma sencilla y sinceramente. ¡No des excusas! ¡No trates de minimizar o disfrazar el tamaño de lo que haz hecho!. Lo más importante es pensar en Cristo crucificado que murió por nosotros. También, en el momento de la confesión, habla con el sacerdote para que te ayude. Algo más, los pecados mortales lo debemos confesar llamándolo por su nombre y decir el número de veces. Ejemplo: “No asistí a Misa tres domingos”.
Después de confesarte y recibir la absolución, harás la penitencia que el sacerdote te dijo.
Recomendamos leer:
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Oración para antes de confesarse.
Oración para después de confesarse.
Enseñar el examen de conciencia a los jóvenes.
Enseñar el examen de conciencia a los jóvenes – Parte 1.
Enseñar el examen de conciencia a los jóvenes – Parte 2.
Enseñar el examen de conciencia a los jóvenes – Parte 3.
Enseñar el examen de conciencia a los jóvenes – Parte 4.
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