Lectura(s) de hoy: Eclesiastés 1:2; 2:21-23, Colosenses 3:1-5, 9-11, Lucas 12:13-21
«Lecturas del Domingo»
PRIMERA LECTURA
¡Esto no tiene sentido!, decía Qohelet, ¡esto no tiene sentido, nada a qué aferrarse!
Después de haber trabajado con inteligencia, sabiduría y habilidad, uno tiene que dejárselo todo a otro que nada ha hecho.
¡Muy pésimo negocio es ése: todo se nos escapa! ¿Cómo gozará el hombre de todo aquello por lo cual ha trabajado bajo el sol, en medio de tantas fatigas y preocupaciones?
Pues todos sus días han sido penosos, a tal punto que perdía el sueño y aún de noche su corazón no descansaba. Eso es algo que no tiene sentido.
SEGUNDA LECTURA
Si han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Preocúpense por las cosas de arriba, no por las de la tierra. Pues han muerto, y su vida está ahora escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste el que es nuestra vida, también ustedes se verán con él en la gloria.
Por tanto, hagan morir en ustedes lo que es «terrenal», es decir, libertinaje, impureza, pasión desordenada, malos deseos y el amor al dinero, que es una manera de servir a los ídolos.
No se mientan unos a otros: ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus vicios y se revistieron del hombre nuevo que no cesa de renovarse a la imagen de su Creador hasta alcanzar el perfecto conocimiento. Ahí no se hace distinción entre judío y griego, circunciso e incircunciso; extranjero, bárbaro, esclavo o libre, sino que Cristo es todo en todos.
EVANGELIO
Si han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Preocúpense por las cosas de arriba, no por las de la tierra. Pues han muerto, y su vida está ahora escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste el que es nuestra vida, también ustedes se verán con él en la gloria.
Por tanto, hagan morir en ustedes lo que es «terrenal», es decir, libertinaje, impureza, pasión desordenada, malos deseos y el amor al dinero, que es una manera de servir a los ídolos.
No se mientan unos a otros: ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus vicios y se revistieron del hombre nuevo que no cesa de renovarse a la imagen de su Creador hasta alcanzar el perfecto conocimiento. Ahí no se hace distinción entre judío y griego, circunciso e incircunciso; extranjero, bárbaro, esclavo o libre, sino que Cristo es todo en todos.
Rezar: Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
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