INTRODUCCIÓN
EL APOCALIPSIS es el último libro de Nuevo Testamento, y por consecuencia también de La Biblia; fue escrito hacia el año 95 de la era de Cristo, aunque no se sabe exactamente cuándo.
Después de la muerte y resurrección de Cristo el Evangelio se expandió por casi todo el mundo conocido, llegando al imperio romano. La doctrina de Cristo chocó con la del emperador que enseñaba que él era el Señor del mundo; los cristianos decían lo contrario «Jesús es el Señor de los señores»; lo que desencadenó un conflicto con el imperio. De hecho, el emperador Nerón decretó la primera gran persecución contra los cristianos. Este es el motivo por el que el Apocalipsis fue escrito con un lenguaje figurado y simbólico, que era claro para los cristianos, pero no para el imperio y para nosotros se hace de difícil comprensión porque no estamos acostumbrados a ese lenguaje apocalíptico. Por consecuencia es considerado como un libro de difícil comprensión, y para muchos tiene un sentido terrorífico.
Las visiones del Apocalipsis, como señalé anteriormente, están llenas de imágenes y símbolos del Antiguo Testamento que los primeros cristianos conocían muy bien. Juan, el autor, las utiliza para que en las persecuciones que estaban sufriendo los cristianos, vieran que Dios estaba con ellos y de este modo su tristeza se convirtiera en gozo y esperanza.
Por todo lo señalado anteriormente y para que nosotros tengamos un conocimiento más claro sobre el sentido del Apocalipsis, creo que es conveniente señalar algunos de los símbolos del lenguaje apocalíptico, los cuales serán explicados ampliamente en un segundo artículo.
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