CAPITULO V
“Vi entonces en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro en forma de rollo escrito por ambos lados, sellado con siete sellos.” (cap. V v. 1)
(Recuerdo a los lectores que para tener una comprensión mejor de los capítulos que vamos comentando es conveniente hacer una lectura previa del texto correspondiente y volverlo a leer después del comentario).
En este capítulo V de Apocalipsis Cristo es presentado como dueño de la historia.
Aparece el símbolo del libro que significa que en él se contiene el plan que Dios tiene trazado para la historia universal. Revela los hechos venideros, expresados en todos los capítulos que siguen hasta el capítulo 22. Nadie conoce su contenido sino Dios, porque está cerrado con siete sellos.
El libro es entregado al Cordero, Cristo, Él solo puede abrir y leer, porque, por voluntad del Padre, es el único que tiene poder sobre la historia universal. Todo lo que pasa en la historia está bajo el dominio de Cristo.
Cristo es descrito como León triunfante que vence los poderes del mal y como el Cordero Pascual que se sometió mansamente a esos poderes. Ese Cordero está “degollado” o sea, en estado de víctima sacrificada, pero “está de pie”, erguido, triunfante, en el cielo vive ya eternamente en su estado resucitado y siempre está intercediendo en nuestro favor ante el trono del Padre.
Luego sigue la adoración que le rinden todas las criaturas del universo figuradas por los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos. Los siete cuernos y los siete ojos (v. 6 ), expresan la plenitud del poder y del conocimiento que tiene Cristo Resucitado. Recordemos que el número siete indica plenitud y perfección.
Después de presentar a Cristo como Dueño de la Historia todos los criaturas lo adoran. Adoración con postración e incienso como a Dios (v.8). Luego viene el “cántico nuevo”. El tema de este cántico es de acción de gracias por la obra de la creación. Finaliza el capítulo con un cántico que se dirige a Dios y a Cristo. A ambos se les adora con igual derecha pues el Padre y el Hijo son un solo Dios. Como dijo Cristo en el Evangelio :”El Padre y Yo somos una sola cosa” (Juan, 19, 30)
Nota: El próximo artículo versará sobre el capítulo siete. Como siempre, recomiendo leerlo antes. A partir de este capítulo entramos a la parte donde surgen más dudas e interpretaciones erróneas; espero que con la ayuda del Espíritu Santo podamos entender y vivir la Palabra del Señor.
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